Académico
Acción pedagógica
Las bases curriculares permiten desarrollar en los estudiantes conocimientos, habilidades y actitudes relevantes y actualizadas, que conforman un bagaje cultural compartido que vincula a nuestros jóvenes con su identidad cultural y, a la vez, los contacta con el mundo globalizado de hoy. La Educación Básica tiene como fin entregar a los estudiantes aprendizajes cognitivos y valóricos que conducen a la autonomía necesaria para participar en la vida de nuestra sociedad.
Las bases orientan para que los alumnos adquieran un sentido de identidad y pertenencia a la sociedad chilena, y que desarrollen habilidades de relación y colaboración con los otros, así como actitudes de esfuerzo, perseverancia y amor por el trabajo.
También ayudará a los profesores a crear en sus estudiantes una disposición positiva hacia el saber; despertar su curiosidad e interés por el mundo que les rodea; a buscar información, ejercitar la creatividad, la iniciativa y la confianza en sí mismo para enfrentar diversas situaciones.
La aplicación del marco curricular vigente se realiza responsablemente, asegurando la mayor cobertura posible, para ello se utilizan metodologías activas participativas, diversas estrategias de aprendizaje con utilización de tecnología avanzada y recursos innovadores, con lo que el estudiante tiene la posibilidad de convertirse en el principal agente de su aprendizaje y el docente en su facilitador.
Valores para conseguir una buena convivencia:

Ser honesto significa decir lo que pensamos o sabemos, midiendo las consecuencias, del modo y en el momento oportuno, sin alterar la verdad (MINEDUC, 2011).

Todos, por el solo hecho de ser personas, somos merecedoras de respeto, independiente de la edad, sexo, educación o cultura. El respeto comienza en la propia persona. “Quién se respeta a sí mismo es capaz de respetar a los demás”. ”Y quién no se respeta, mal puede considerar al otro con la dignidad que se merece” (MINEDUC, 2011). Respeto no tan solo entre personas, sino también al medioambiente y el cuidado del planeta para desarrollar conciencia ecológica.

La responsabilidad es la capacidad de cumplir los compromisos y de asumir las consecuencias de una decisión. Esto, previendo sus resultados, de modo que beneficie a la propia persona y a los demás (MINEDUC, 2011).

La solidaridad es el apoyo que se le brinda al otro, un acto de desprendimiento que supone la entrega o sacrificio para causar un beneficio en los demás. Se basa, por lo tanto, en un profundo respeto y empatía para reconocer que otro requiere de nuestra colaboración (MINEDUC, 2011).

Un importante principio de la convivencia armoniosa es el amor. Tengamos siempre presente la consigna: “todo por amor, nada por la fuerza”. De esa unión afectiva con otras personas, los humanos tomamos fuerza para vivir, gozar la vida y hacer que otros también la disfruten (MINEDUC, 2006, P.3)